¿Qué es la escritura automática y cómo puede mejorar tu proceso creativo?

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¿Qué es la escritura automática y cómo puede mejorar tu proceso creativo?

Descubrí qué es la escritura automática, cómo se practica y cómo puede ser una herramienta poderosa para desbloquear tu creatividad como escritor.

¿Qué es la escritura automática?

La escritura automática es una técnica literaria que permite escribir sin pensar conscientemente en el contenido, dejando que las palabras fluyan libremente. Esta práctica tiene sus raíces en el surrealismo y fue popularizada por escritores como André Breton y William S. Burroughs. El objetivo es liberar la mente de las barreras del pensamiento lógico y permitir que el subconsciente se exprese de manera directa y sin censura.

Esta técnica se basa en dejar que el proceso de escritura ocurra de manera fluida, sin detenerse a corregir o analizar lo que se está escribiendo. Es, en cierto modo, una forma de meditación creativa que puede llevar a los escritores a descubrir nuevas ideas, metáforas o narrativas inesperadas.

¿Cómo se practica la escritura automática?

Practicar la escritura automática es sencillo, pero requiere un poco de confianza y disposición para dejarse llevar. Acá te dejo algunos pasos para empezar:

  1. Encontrá un lugar tranquilo: Buscá un ambiente donde puedas escribir sin interrupciones, ya sea con lápiz y papel o en la computadora (te recomiendo hacerlo a mano).

  2. Relajate: Tomate unos minutos para calmar tu mente. Podés hacer una pequeña meditación o respiración consciente para soltar el estrés.

  3. Comenzá a escribir sin pensar: Escribí lo que venga a tu mente, sin filtrar ni juzgar. No te preocupes por la gramática ni por la coherencia. Si te quedás en blanco, simplemente escribí lo primero que se te ocurra, incluso si son palabras sin sentido.

  4. Escribí durante un tiempo determinado: Establecé un tiempo de 10 a 20 minutos para escribir de forma continua. El objetivo es que no te detengas, lo que permite que las ideas sigan fluyendo.

  5. Revisá al final: Una vez que hayas terminado, podés leer lo que escribiste y encontrar los fragmentos que te parezcan más interesantes o valiosos. No es necesario que todo el texto sea utilizable; lo importante es liberar tu creatividad.

¿Cómo puede servirles la escritura automática a los escritores?

La escritura automática puede ser una herramienta valiosa para mejorar el proceso creativo de los escritores de diversas maneras:

  • Desbloqueo creativo: Si te enfrentás a un bloqueo de escritor, esta técnica puede ser útil para desbloquear tu mente y permitirte superar la ansiedad de la página en blanco.

  • Acceso al subconsciente: La escritura automática te permite acceder a pensamientos y sentimientos que tal vez no habías reconocido conscientemente, revelando ideas frescas o perspectivas interesantes.

  • Mejora de la fluidez: Al escribir sin juzgar o analizar constantemente, tu flujo de escritura se vuelve más natural y menos autocensurado, lo que puede enriquecer la narrativa y el estilo.

  • Exploración de nuevos temas: A menudo, lo que surge durante la escritura automática puede abrir puertas a nuevas ideas o temáticas que no habrías considerado de otra manera.

  • Fortalecimiento del hábito de escritura: Practicarla de forma regular ayuda a los escritores a desarrollar un hábito de escritura constante, incluso cuando no se sienten inspirados.


Conclusión

La escritura automática no es solo una técnica creativa, sino una práctica que puede transformar la forma en que los escritores se enfrentan a su proceso creativo. Al permitir que el subconsciente se exprese sin barreras, pueden descubrir nuevas ideas, explorar su voz y superar bloqueos creativos. Es una herramienta sencilla pero poderosa que puede enriquecer tanto la escritura literaria como la personal.

Si sos escritor, ¿por qué no intentarlo? Dedicá unos minutos al día a escribir sin pensar, ¡y sorprendete con lo que podés descubrir sobre vos mismo y tu creatividad!

Un ejemplo de autoría propia.

Sombras, proyecciones, sincronicidades, mensajes, señales. Soy el observador, el espacio donde suceden las cosas, no soy mi mente, mis pensamientos. Acta non verba, hechos, no palabras, no interpretaciones. Todo es mentira en este mundo, ya verás. Y de repente, todo se suspende y me tiemblan las piernas. Hay un velo, maya, ¿qué tan fuerte será? Sigue al conejo blanco y lo descubrirás. Más allá de la ilusión hay otra voz, mi voz, no es mi voz, es un eco, un reflejo, un juego, una llama. Las sombras se mueven en la repetición, la rueda gira y yo la sostengo en silencio, sin chistar, aplacada en mi soledad efímera, impermanente. Impermanencia, ya no hay menos, eso es todo o quizás... un bagaje de circunstancias impredecibles que se abren ante mí, una presencia que se instala en mi espalda y me absorbe, como esa noche, en ese ensueño, en el que uso el pulso de un estado desconocido, potente, diafragmático, que vibra en carne propia. Los brillos, las luces, distracción, ilusión, carnaval de magnificencias inventadas. Debo romper, romper, rogar, cortar, atravesar. Mi respiración se calma, me consume el momento y sigo en pie, a pesar del vértigo y del dolor. Una caricia, un abrazo, sus piernas, el peso de su cuerpo sobre mis costillas, ¡cuanto amor hay en el País de las Maravillas! Pasos, listos, lluvia, conocimiento, abstracción, atención, espacio vacío, temor, eso que veo y ves en vos, sobre vos, por vos, parpadeo, el sol, el agua, la calma, la cama, dilatación, expansión, esa herida no pronunciada, no esta vez, marcas, huellas, pasados, traumas, no paro, me adelanto, cambio, sonrío, te espero, me río, camino, silencio, virtud, avanza, confío, espero, me libro, te escribo, lo tiro, me quedo, bullicio, ebullición, un amor, suspiro, fluyo, percibo un dos, un círculo, un tres, un triángulo, un cuatro, presión, hoyos, dos, espacio, meditación, imágenes, faros, corazón, meses, discursos, influencias, blanco, el blanco, el campo, el amaranto, el mensajero, el viento, un secreto, o quizás dos, me voy, por hoy, a ningún lado, el espanto exasperado escrito, botado, abrazando una mirada, un cielo, un dibujo, marcas, un punto, un eje, un sol en la noche, una noche en la tarde, una manifestación, un error, un cambio, solo eso y todo eso. ¿Quién soy? ¿Qué soy? ¿Qué observa el observador?

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